Dentro de un mundo tan globalizado, en el cual todos tenemos posibilidades similares y acceso a todo tipo de información; si queremos diferenciarnos dentro de este bosque, debemos definir una ruta con una actitud y un comportamiento que nos permitan hacer parte de aquellos que marcan la diferencia.
Para ello debemos construir un proceso de vida en el cual los principios y valores de cuna sean los cimientos de esa edificación, el soporte sobre el cual se levante todo lo demás. A mi juicio, el verdadero origen de una sociedad enferma radica en la falta de estos principios y valores; de ahí lo importante que es procurar sembrarlos de una buena manera en quienes nos rodean, así podemos garantizar comportamientos adecuados y lograr que se vean reflejados en el adn de las empresas.
Luego de esto, debemos identificar nuestro propósito superior, el “Para Qué” de nuestra de vida, la razón de nuestra existencia y por supuesto actuar en consecuencia. El mío, por ejemplo, es servir y generar valor a los demás y todo lo que hago gira alrededor de estos postulados.
Esto es fundamental, ya que hace que nuestra vida realmente tenga sentido y nos permite marcar la diferencia.
Si esto lo logramos reflejar en las compañías en las cuales trabajamos, el aporte termina siendo muy importante, ya que nos da el soporte para determinar claramente el propósito superior de las empresas, y hacer que todos los movimientos que se hagan por parte de los equipos de trabajo estén acordes con estos postulados; lo que finalmente va a garantizar que nuestros clientes nos perciban de una manera muy diferente, donde sientan que están recibiendo valores agregados fundamentados en temas mucho más importantes, superiores, que están muy por encima de la cotidianidad del negocio.